martes, 29 de enero de 2013

POR QUÉ…

¿Por qué, preguntas responden respuestas, hoy, 60 años después? 

A partir del tratamiento de psicóticos, Pichon Rivière formula su teoría del vínculo en sustitución de la teoría freudiana instintivista, lo que conducía necesariamente a definir a la Psicología, en un sentido estricto, como Psicología Social (11).

Palabras de Pichón: En 1969, discutiendo un trabajo mío, Lacan me preguntaba: “Pour quoi Psychologie Sociale, pour quoi pas psychanalisé?”. Creo que su pregunta sintetiza las coincidencias y las discrepancias.

(Lacan, al entender que mi planteo era psicoanálisis, marcaba la coincidencia fundamental ya mencionada: la referente a la génesis del sujeto en el interior de la estructura vincular. El que yo insistiera en caracterizarlo como psicología social, remite a las diferencias que a mi entender existen entre la concepción del sujeto relacional del psicoanálisis, el sujeto relacional de Freud y Lacan, y la concepción del sujeto agente, productor, protagonista de la Historia, a la vez que producido, configurado en sistemas vinculares y en tramas más complejas de relaciones que plantea la Psicología Social que postulamos).
Las posturas reaccionarias de otros profesionales y la intención de destruir su trabajo lo llevaron a renunciar, no sin llevarse las vivencias que luego darían coherencia a
sus proyectos. De esta praxis surgen estas reflexiones: "...Existe en nuestra sociedad, un aparato de dominación destinado, en última instancia, a perpetuar las relaciones de producción; vale decir relaciones de explotación. Este aparato de dominación tiene sus cuadros en psiquiatras, psicólogos, y otros trabajadores del campo de la salud, que vehiculizan, precisamente, una posición jerárquica, dilemática y no dilemática de la conducta.
Son líderes de la resistencia al cambio, condicionantes de la cronicidad del paciente, al que tratan como un sujeto equivocado desde un punto de vista racional. Estos agentes correctores, cuya ideología y personalidad autocrítica les impide incluir, una
problemática dialéctica en el vinculo terapéutico, establecen con sus pacientes relaciones jerárquicas en las que se reproduce el par dominador - dominado. Se incapacitan, así, para comprometerse, también ellos como agentes - sujeto de la tarea correctora..."
Enrique Pichón Riviere
Cabe preguntar rumbo a una disertación responsable que nos permitirá arribar a encuentros permanentes, de organización y ordenamiento, que permitirá llegar a acuerdos también permanentes, de administración en diferencias y convergencias:
¿Qué impide a la Psicología Social intervenir individualmente si la Operación o Intervención refiere a lo estrictamente psico-social (lo Psicológico del sujeto, determinante - determinado por sus tramas viculares)?
(La Psicología Social fue desarrollada desde postulados de Psiquiatría, Sociología, Antropología, etc, etc, etc; Desde ahí es que los profesionales debieran estar en conocimientos actualizados constantemente. Es decir, debiéramos estar en conocimiento de ese marco conceptual abarcativo que nos permita trabajar en conjunto con otras profesiones y sus especificidades.)
La Psicología Social
¿Debe estar en permanente revisión, en lo social y/o personal, la grandeza de la profesión que hemos elegido?
La Psicología-Social es una disciplina que en su marco conceptual (ECRO) contiene, abarca y supera por dinámica, por dialéctica, la especificidad de otras ciencias, y solo este hecho debiera generar y mantener una concepción de pensamiento; pensamiento que reafirme siempre, el acuerdo, de que la estereotipia es la causa fundamental de la enfermedad. Debiendo dejar la valoración y el juicio en un ínfimo lugar, casi inexistente; juicio que cumple o debiera cumplir en primera y última instancia, la única función de establecer una puerta de entrada que habrá que atravesar con coraje y así acercarse al verdadero conflicto que nos convoca y es el que entristece al ser humano, que quedó relegado, que está oculto, encerrado en su interior, sufriendo, esperando a que nosotros, que nos hemos capacitado para trabajar en favor de su salud, dejemos de competir y nos pongamos a colaborar para que entre todos y con todos, desde las convergencias y diferencias establezcamos un dialogo de mutuo respeto, y por sobre todas las cosas, de amor por ese ser humano.
Pero algo ha pasado…
Algo que tenemos que revisar en el foro que sea más pertinente. Porque ese algo nos está alejando de los principios fundantes que llevaron a Enrique Pichón a superar obstáculos y comprometer su vida en el desarrollo de esta disciplina que debiéramos defender desde su ideología hasta su contenido más estricto en términos científicos. Tendremos que tomar consciencia y mirarnos por primera vez en totalidad, decidiendo si seguimos optando por la profesión que elegimos. Y a partir de ahí, consecuentes de nuestra decisión, podremos asegurar que seguimos con la idea primigenia del maestro. Por razones policausales, Pichón no pudo desarrollar determinadas líneas de trabajo e investigación como pueden ser la Comunitaria, entre otras que deben de existir y de las que quizá no tengamos conocimiento; pero ha dejado un dispositivo de acción, de pensamiento, de tarea para hacer, desde la praxis, la intervención específica, pero también en la línea de la bibliografía, del registro de las operaciones, para seguir aportando en pos de la disciplina. Para darle el lugar de privilegio que ya tiene y que por diferentes razones estamos invisibilizando, restándole identidad, haciendo lo contrario a lo que buscamos en cada intervención de campo, en el sujeto, en los grupos, en la institución, en la comunidad, en el medio ambiente, etc,.
Lo que no se Nombra No existe
(Isabel Allende)
Quizá tenga que ver con idiosincracias y con modelos identificatorios privativos de los pueblos; quizá el gris que dicen (nunca supe de la fundamentación con la cual arribaron a esto…) del pueblo Oriental haya sido el que por razones casi desconocidas nos diera esta identidad de serios, graves, humildes; o quizá sea otra cosa que desconozco como tantas. Pero hay algo que nos lleva a comenzar discursos casi destructivos de la obra; he escuchado en presentaciones de libros en los cuales cuando le toca al autor decir sus palabras lo primero que dice es: Antes que nada yo no soy escritor…
Esto dice mucho de nosotros, dice que confundimos humildad con destrucción. Hemos aprendido a ser un pueblo que reconoce sus equivocaciones y ese es un gran paso que habla de nosotros como sujetos, pero hemos olvidado o desconocido que el otro paso es el poder reconocernos cuando hacemos algo bien y que eso no es ni arrogancia ni soberbia. Eso es capacidad de vernos en el acierto y alegrarnos de haber encontrado el camino, la línea, en algunos aspectos que tienen que ver con nosotros. Y para ello debemos aprender a ponerle nombre a aquellas cosas que nos nombran a pesar de nosotros mismos.
Solo existe lo que nombramos.
Entonces, sí debemos estar sujetos a revisión permanente, pero referido estrictamente al dispositivo intervencionista que diferencia a esta disciplina de otras, pero no transformarlo en un Nominalismo permanente.

(En desarrollo y sujeto a discusión…)