jueves, 24 de febrero de 2011

EL PARTO SOCIAL

                                                     

Mucho se ha venido hablando y escribiendo sobre las nuevas manifestaciones de los trastornos emocionales así como se han dado nombres nuevos a sentimientos viejos como el temor, la tristeza, al coraje y la alegría. Podría decirse que una nueva administración en catálogos clínicos ha elaborado a través de un Marketing, renovadas formas de nombrar viejos comportamientos transformándolos muchas veces en nuevas patologías. De ésta forma nos encontramos con diagnósticos de fobias, trastornos de ansiedad generalizados o no, ataques de pánico, depresión, déficit de atención etc.; Trastornos que si bien están relacionados con ciertas neurosis o psicosis muchas veces, han sido redistribuidas como males menores y controlables con una medicación que permite seguir con la cotidianidad, es decir: trabajando, estudiando, haciendo todo aquello que veníamos haciendo hasta ahora.
A groso modo: si podemos reprimir la angustia, podemos seguir la vida normalmente sin exteriorizar lo que estamos viviendo en lo interno. Y me detendré aquí para entrar al centro de lo que deseo trasmitir desde lo que he visto, en tratamientos de éste tipo y desde la Psicología Social como instrumento de medición, análisis e intervención.

                                                          NO QUIERO SENTIR (esto…)

Por lo general el primer síntoma registrado es el sentimiento de opresión en el pecho, el ahogo, y en muchos casos el llanto o la hipersensibilidad, bien conocida como ANGUSTIA. Luego de algunas preguntas y pasado el primer impacto por estar hablando con alguien desconocido de algo tan íntimo, aparecen las posibles causas de dicha angustia. Y seguidamente el pedido o la demanda de querer sentirse bien definitivamente. Hay aquí, con respecto a la angustia, más de una teoría, respetables todas, pero que datan de lo teórico, y pocas veces o ninguna refiere a qué es la angustia. La angustia como tal, no su mecanica, o lo que ella representa en relación al objeto. Muchas veces al escuchar de la historia de la palabra en sí, de su etimología, de sus génesis y su raíz, se percibe esa sensación desde otro lugar. Al menos se la puede nombrar y dibujar en la imaginación, como el tránsito de un estado a otro que su a vez tomado desde la primer angustia en el nacimiento, el temor inconsciente de no poder pasar el canal de parto, puede llegar a interpretarse en lo simbólico, que cada vez que se llega a ese estado, se estaría frente a un nuevo nacimiento. Es otra concepción, que al ser práctica y de fácil comprensión ayuda a la hora de poder comprender porqué nos angustiamos frente a lo nuevo, lo desconocido, frente a una nueva acomodación a una misma realidad que se muestra desde otra óptica. Como tampoco habría que olvidar que el cansancio angustia, que no siempre tiene una causa justificada ni mucho menos relacionada con un pasado de experiencia traumática. En todo caso el único trauma que juega es el existencial, el vital. El que nos puso en otra fase del universo.

                                                   EL ERROR HUMANIMAL

La letra con sangre entra – dice un refrán de por acá. Quiere significar una amenaza de un futuro doloroso si no hay un aprendizaje por las buenas. Sobre éste y otros refranes se ha edificado el control de los más débiles, con la clara disposición de preservar un dominio naturalizado en todos los ámbitos.
Seguí así, que después vas a llorar -  otro maravilloso dicho popular como advertencia a aquellos que según ciertas convenciones sociales no cumplen el mandato. Como si llorar fuera una condena más que un mecanismo natural de saneamiento emocional. Como si la insensibilidad fuera el premio de los más fuertes. De aquellos que se salvarán del hazme reír general. De ahí es que si no funciona la represión social natural intervienen el diagnóstico y la medicación.

                                                              VOLVER A LA TETA
                                                          (Deprimido o Comprimido ?)

Debido a las crisis económicas mayormente, muchas familias se han vuelto a constituir por razones forzadas y han hecho una adaptación casi violenta a una nueva realidad cargada de frustraciones. La convivencia y el cambio que sugiere la nueva formación entre padres-abuelos, hijos-padres y nietos-hijos generan un terremoto emocional. Aquello construido como identidad familiar propia viene a interpelar y ser interpelada entre educaciones anteriores y difíciles de adaptación con aquellas posteriores más flexibles y de mayor naturalización de la modernidad. Entra en juego la contradicción entre familia unida y familia de recorto y pego. La mamá compitiendo con la nuera, el padre dejando en claro quién es el macho de manada, el niño o niña obedeciendo cuatros mandatos simultáneamente. La perdida de espacio y tiempo redunda en angustia.
Toda esta angustia que opera como señal es, se me ocurre, como la preparación a un nuevo parto pero ya de carácter social. Buscar nuevamente la emancipación, genera, reedita, aquella emoción primitiva en todos los protagonistas de la historia. Se vuelve a pasar por los miedos, ahora un poco más conscientes, por las incertidumbres, las sensaciones de nuevos ataques, de nuevas pérdidas. La soledad que genera el temor al abandono y por supuesto el fantasma inconsciente de la muerte. A esto le llamo el parto social o segundo parto. Y aquí estaría el núcleo de muchos de los síntomas actuales bonitamente etiquetados.

TODOS CONTRA - NARCISO

Cito a los fantasmas por la mañana
a que me pongan al día de sus proyectos,
les invito al desayuno, al café, al noticiero
y hábiles, mandan misivas disculpándose por la no comparecencia.

Arguyen no se qué dificultades, muestran irritados su fueros,
sus inmunidades universales y sus quejas pidiendo silencio.

Pero no me engañan; yo sé, los escuché esta madrugada volviendo
de no sé donde, con todo el alboroto; riendo de su noche desajustada,
de su algarabía irrespetuosa y sus borrachera bochornosas; destruidos.

Quisiera despedirlos, separarlos de sus cargos por su negligencia,
pero tienen tanta vida a mi lado que me gana la tolerancia, y los dejo
un día más... Ya lo arreglamos en la noche.
                                    
                                                  TODOS CONTRA NARCISO

Somos únicos, la replica imperfecta de las especies.
Volamos con el pensamiento, como las aves piensan de nosotros.

Sospecho que a esto se lo refutará o lo que aún es más inteligente se lo negará, se lo desconocerá, restándole valor de existencia. Más, de hecho ese es el destino que deba llevar aúnque no crea en el destino como tal. Y lo que se esgrimirá como argumento final será la teoría de que refiero a Filosofía. Y diré que si, sin afirmar ni negar que es Filosofía, ya que no se puede desconocer que al arribar aquí, con profundos conocimientos de Psicología y por ende de Psiquiatría primero o por último, ha de haber una decisión filosófica respecto a una concepción de salud y enfermedad y no solo ser la traducción de otro Clon repitiendo teorías como si fueran propias y producto de una inteligencia superior. Lamento decepcionar en la primer página pero es de orden advertir que no se encontrará aquí algo más que pensamientos contradictorios, delirantes y hasta si se quiere obtusos, ya que para introducir en este mundo un pensamiento hay que apelar al ser profundo más arbitrario que convive con nosotros. Ese que en nuestro fuero más íntimo, en la más absoluta soledad (porque estamos, porque somos solos y, solo de mano de la fe ciega podríamos creer que ésta no es una realidad revelada, y por supuesto que podemos decidir apaciguar esta sensación muchas veces devastadora con la compañía de quien elegimos, cuando podemos hacerlo, más, por más negación que practiquemos somos una unidad) en la más absoluta soledad nos habla como si fuera otro, invitándonos a defender a capa y espada nuestra VERDAD, que ingenuamente creemos tenerla. Por ello quiero advertir que no le hablo a la tribuna sino al jurado y, que cada quién contacte de que lado considera estar, y deseo que su deseo sea lo más cercano a la posibilidad de ese deseo. Porque sospecho un sufrimiento superior en quienes idealmente consideran estar en un lugar al que no acceden, porque sus gritos quedarán ahogados y ese ahogo se traducirá en angustia. Y la angustia en este mundo es un mal negocio para algunos como bueno lo es para otros, porque es una inversión a largo plazo, que se paga a alto costo y diariamente.
Es desde éste punto que escribiré algunas reflexiones a las que arribé luego de mucho años de meditación, y que quiero compartir porque no me sirven si no las vuelco, ya que es con otros que podemos remediar por estos días esa sensación de desamparo. Me gusta la soledad, estoy en paz, y no en quietud; como buen psicótico (opinarían los eruditos) me llevo bien con mi otro. Con el que hablo, a escondidas claro está, ya que no quiero terminar en una clínica, farmacotizado. Y evidentemente no está en discusión, que si un cerebro por X razón dejó de generar la cantidad necesaria de Dopamina o Endorfina o Serotonina, hay que medicar para liberar o ingresar el estimulo suficiente para que vuelva ese ser a recuperar la alegría que resulta del vivir. Estimulo SUFICIENTE. No generador de una dependencia. Pero por favor no olvidar recetar la búsqueda de amor propio, necesario para respaldar la terapia medicamentosa. Somos seres gregarios, seres sociales, médico y paciente tenemos la misma constitución filogenética, psicofísica, pertenecemos a la misma especie aunque a veces no lo parece. Y como parte de esa sociedad a la que pertenecemos aún sin firmar ningún contrato y muchas veces ni siquiera haber sido consultado, debemos sentirnos pertenecientes. Digo esto porque como sociedad hemos estado transitando un camino egoísta, de mucha interioridad, de demasiados narcisismos, algo que nos fue empujando hasta la misma contradicción, en literatura sería un oxímoron, tanto nos hemos mirado y admirado en pro de una identidad que quedamos solos con nosotros, nos desdoblamos al punto que esa plasticidad del YO se nos volvió Y/O. Y cuando somos Y, estamos bien pero cuando nos convertimos en O, nos metemos en un laberinto que ni el mejor Psicólogo/a puede colaborar en que encontremos el camino de regreso. Hemos establecido una encarnecida lucha interior, contra nosotros mismos, soterrándonos, martirizándonos, oprimiéndonos; reprimiendo las emociones más primitivas y las que nos hicieron humanos. Casi no vemos nada más que a nosotros mismos como si se tratara de un otro, pero ocurre que estamos afuera también, y esa replica de nosotros que se relaciona con el mundo exterior es tan frágil, que ahogado por el avasallante universo huye desesperadamente hacia adentro con una carga tal de paranoia que genera en este de adentro, que está disociado, que es genuino, no el que tiene que actuar como forma de adaptarse al mundo, para su supervivencia, a éste que está autista casi, lo pone en estado de pánico. Ahora: esto ocurre de tal forma que quien observa, ve a un experimentado actor, a quien si se lo viera en la vida cotidiana no se lo reconocería por tan humilde postura frente a las vicisitudes del diario vivir. Y aquí emerge el conflicto, ya que el mundo no es una pelicula, no es una sala teatral, el mundo ES. Por tanto nosotros somos. Y así como conoceremos solo lo reconocible del mundo, reconoceremos solo lo reconocible de nosotros mismos. Somos ese mundo, ese universo conocido y desconocido, aprehensible y escurridizo. Porqué preocuparnos tanto en tener el control. Control para qué. ¿Vamos a corregir el recorrido de las estrellas en un ápice, o detener al viento? 



                                                             ¿PÁNICO O… ?

                                                       Susto o pérdida del alma

Esta enfermedad es para algunos una enfermedad una variedad de psicosis paranoide con ideas delirantes sobre la pérdida del alma. Fue descrita con detalle por el médico Federico Sal y Rosas entre los indios Quechuas de Perú. Creen éstos que el alma puede abandonar el cuerpo debido sobre todo al miedo que pueda producir el ver un toro, una serpiente, un rayo, etc.; es decir, mediante un gran susto o bien por ciertas influencias malignas sin necesidad de susto alguno.
La persona que padece esta enfermedad comienza a perder peso, se irrita fácilmente, no duerme, se siente deprimida y dice que se le ha ido el alma. Los indignes tienen sus remedios ante esta situación: una curandera y un curioso realizan una serie de ceremonias entre las que se incluyen la muerte de un conejo y diversas invocaciones al alma para que vuelva, y en la mayor parte de los casos consiguen que el enfermo se recupere. Federico Sal y Rosas refiere que los casos de susto mejoraban con este tipo de medicina casi siempre, mientras que con los remedios occidentales el fracaso era lo más probable.
En el cuadro de susto se incluyen no solo psicosis paranoides, sino también cuadros como depresión, síntomas histéricos, diversas infecciones, anemias, malnutriciones, etc. Es evidente que la medicina occidental no está preparada ni tiene remedios para la pérdida del alma, por lo cual no es de extrañar que fracase.

                           (Las fronteras de la locura – Pedro Montejo Carrasco – 1986)
                                      






                                                La enfermedad por la pérdida del alma

Es una creencia extendida por casi todo el mundo. En muchas culturas se ha pensado que el ser bueno tenía, además del cuerpo, un alma o varias almas. Esta alma podría separarse del cuerpo, perderse, trasmitirse a los descendientes, ganarse. En estados tales como el sueño o el éxtasis se pensaba que el alma vagaba por este y otros mundos.
Cuando el alma se marchaba venía la enfermedad psíquica o física, era lo mismo, aunque las enfermedades física, era lo mismo a menudo iban teñidas de componentes emocionales intensos. El tratamiento era, naturalmente, buscar el alma denuevo y reponerla en su lugar. Para esto se hacían conjuros, se practicaba hechicería, se le daban a tomar al individuo hierbas, etc. Los antiguos chamanes siberianos caían en trance en el curso de estas curaciones, buscaban el alma entre el mundo de los espíritus, iban a los mundos subterráneos, luchaban con los demonios, hacían trato con ellos (la enfermedad – susto – de que hemos hablado en el capitulo anterior es un ejemplo claro de estas ideas)

Parecería a ojo de buen cubero que no ha cambiado mucho, al menos se me representa algo muy cercano a una terapia en la línea del psicoanálisis y su concepción de lo fantasmático. Y con respecto a las posibles causas de estos males, también parece que no se ha hecho más que actualizar el nombre. No obstante no es con ánimo de restarle importancia a ninguna corriente sino de revalorizar aquellas cosas que por razones no muy claras se han excluido de los  tratamientos, de las consultas.
En estos tiempos de regresos a la espiritualidad, la psiquiatría y la psicología parecen haber comenzado un camino de defensa científica que no favorece a la universalidad.
Y ello es producto de ese espejo que se ha roto, en el cual no podemos vernos nítidamente, ese espejo partido en demasiados pedazos como para que pueda devolver una imagen completa es que nos ha llevado a tomar partes y confundirlas por un todo. Y si bien esa parte, ese recorte, es significante, no debe ser nunca tomado como definitivo. Somos seres esféricos, el universo da certificación de ello. El universo es esférico y cónico. Y por esta realidad, sin otra explicación más que la de lo aparente, o representada simbólicamente, nos hace ser seres que como los planetas rotamos y nos trasladamos. Razón por la cual nuestra visión no es estática y por ende vemos una parte mientras que otra se mantiene en la no visión, y al rotar nuevamente recuperamos esa parte perdida al tiempo que dejamos de ver la anterior, sucediendo que ésta, cuando volvamos a pasar por ella tampoco será la misma pues el mismo fenómeno le sucede. Qué pretende significar esto: que el continuo movimiento nos deja al margen de ciertas decisiones. Que no tenemos el control. Que la omnipotencia es un mecanismo que debiéramos utilizar conscientemente para aquellas cosas del inmediato que hacen a la vida cotidiana y no elevarlo a una determinación animista propia. El pasado es una foto, el futuro una imagen y el presente un negocio permanente entre pasado y futuro.